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Datos personales

- Psic. Laura Fernández Torrisi
- Naucalpan, Estado de México, Mexico
- ♆ Dirigido a público en general, con temas seleccionados para el bienestar de la salud emocional, el desarrollo humano y la familia. También a la comunidad de mujeres con ENDOMETRIOSIS.Quisiera aportar, por este medio y contando con mi preparación académica, así como con mi experiencia de vida, y laboral, algo que pudiera ayudar a mejorar la calidad de vida de quien lo lea. Servir de orientación para quien desée realizar cambios positivos, o para buscar el apoyo adecuado en el momento que se requiera. PARA TODA PERSONA INTERESADA EN SU CRECIMIENTO PERSONAL.
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miércoles, 27 de septiembre de 2017
DESDE EL SÍNTOMA: una mirada integradora. Por: Laura Fernández Torrisi
“La Terapia Gestalt la siento como un arte,
una forma de estar presente,
de estar consciente, y de contagiar al otro desde ahí.
Algo de magia ocurre…”
Fritz Perls
Mi
intención de escribir sobre este tema es porque desde hace mucho tiempo me
dedico a trabajar en terapia con la salud en general. Y en particular con una enfermedad,
poco conocida en su totalidad y cuyos efectos a nivel personal y en la relación
con otros pueden ser devastadores. Esta enfermedad se llama Endometriosis. http://sinti-endo.blogspot.mx/2012/08/endometriosis-una-enfermedad-de-la.html. Actualmente, se estima que aproximadamente 176 millones
de mujeres padecen la enfermedad http://endometriosismexico.com/portal2/ y en México aproximadamente 7 millones de mujeres http://www.in-endo.com. Otro de mis motivos es porque yo misma he experimentado
como paciente la maravilla de este trabajo en mi persona. Esto completa mi
experiencia al vivirlo de ambos lados. Me motiva a querer compartir con colegas
terapeutas y con estudiantes la relevancia del trabajo con síntomas desde el
modelo gestáltico.
Si
se habla de esta enfermedad en particular, endometriosis, es común escuchar una
expresión como: me duele “el” abdomen. Una división, como si no fuera propio (mío) el abdomen. Es diferente
decir, me duelo en mi abdomen. Y como esta expresión, muchas más forman parte
del lenguaje cotidiano.
Es
importante entender que no se posee un cuerpo, se es un cuerpo. Somos nuestro
cuerpo, nuestros órganos, nuestras células. A través del cuerpo experimentamos
lo que somos, nos sentimos y esto es una experiencia corporal. En el cuerpo
lleva impresa toda la experiencia vital desde antes de nacer, durante el
nacimiento y por toda la vida. Parte de esta experiencia se recuerda, y parte
de ella, la que nos conecta con el dolor y lo desagradable, es negada, olvidada
por el consciente, pero no por el cuerpo que la guarda en su estructura y en
sus movimientos. Toda nuestra memoria emocional se guarda en el cuerpo, en la
forma en la que nos configuramos físicamente (fisiología de segundo orden) en
la estructura corporal, en el funcionamiento de nuestros órganos, en la forma
en que nos movemos, paramos, etc.
Nos
relacionamos por dentro igual a como nos relacionamos fuera. El cuerpo habla a
través de las sensaciones, emociones, sentimientos, pensamientos, movimientos y
enfermedades. La aceptación y comprensión de esto nos proporciona salud,
bienestar y experiencia de totalidad. El rechazo o la prohibición para vivirlo,
provoca división interna y malestar. Completarnos como persona es la aceptación
del cuerpo que somos. Las emociones son movimiento del cuerpo que indican una
dirección, un camino a seguir en cada momento por el organismo, a través de
ella podemos saber lo que necesitamos y por tanto completarnos como personas,
crecer. El cuerpo siempre nos habla, nos envía mensajes, que la mayoría de las
veces no escuchamos o no entendemos. El lenguaje del cuerpo (incluyendo lo no
dicho) no miente, su sabiduría es sumamente confiable. El cuerpo nos dice que
estamos equivocando el camino, que hay una incongruencia entre lo que hacemos,
decimos y pensamos; entre lo que vivimos y lo que verdaderamente necesitamos. Por
esta razón es importante el trabajo gestáltico de dialogar con el cuerpo, con
el órgano, con el síntoma. Tiene como finalidad, rescatar lo sano del
funcionamiento del órgano y corregir creencias neuróticas instaladas,
redireccionando el funcionamiento del cuerpo.
Nos
invita a no mirar dicotomías, sino a la totalidad de la persona. A no
centrarnos en la sintomatología de la enfermedad, sino a confiar en que todo
individuo, si está vivo es gracias a sus funciones organísmicas. La manera en
la que funciona el organismo, está guiada por las funciones del Self y hay una historia de ajustes
creativos y neuróticos que, aun cuando estén en desequilibrio, tienden a la
salud, un grado de salud que permite estar vivo.
En
este diálogo con un órgano la intención es que la persona pueda conocer,
confrontar y aceptar algunos aspectos rechazados del órgano y de esta manera
poder suscitar una integración de éstos para encontrar un significado al
vivenciarlo. En lo vivencial es donde se produce el cambio por medio del
contacto y del darse cuenta.
“El síntoma nos informa de que algo falla.
Denota un defecto, una falta. La conciencia ha reparado en que, para estar
sanos, nos falta algo. Esta carencia se manifiesta en el cuerpo como síntoma.
El síntoma es, pues, el aviso de que algo falta. Cuando el individuo comprende
la diferencia entre enfermedad y síntoma, su actitud básica y su relación con
la enfermedad se modifican rápidamente. Ya no considera el síntoma como su gran
enemigo cuya destrucción debe ser su mayor objetivo sino que descubre en él a
un aliado que puede ayudarle a encontrar lo que le falta y así vencer la
enfermedad”. (Dethlefsen y Dahlke, 1983 p 8)
En
este encuentro existencial entre dos personas, es importante destacar la actitud
del terapeuta: fenomenológica, sin interpretación, de respeto, igualitaria y
abierta a la incertidumbre, a lo que sucede
y a lo que vive la persona. Un objetivo en este diálogo entre la persona y su
órgano es que acepte y reconozca la presencia del órgano sano, que se dé cuenta
de cómo funciona y para qué está en su cuerpo, que observe qué similitudes y
qué diferencias tiene con este órgano, que puede hacer como él y que no; y que
nacieron juntos y siempre han sido parte uno del otro, desde el inicio de la
vida.
Menciona
Spagnuolo que el cuerpo “es el lugar donde podemos hallar pruebas de
que existimos. En el cuerpo manejamos las sensaciones, la excitación que surge
a partir de ellas, nuestra tensión, nuestro dolor y placer.” (Spagnuolo,
2017 p 20).
Escuchar
al cuerpo, entender su mensaje por medio de este diálogo terapéutico, darse cuenta
y hacer las adecuaciones necesarias, los ajustes, las modificaciones de
creencias obsoletas, tal vez un cambio en el estilo de vida, en la forma de
mirarse y de mirar el cuerpo. Este trabajo puede llevar al bienestar, a la
completud, la integración, la totalidad. El cuerpo responde. La Gestalt se
completa.
De
aquí mi necesidad de dar a conocer parte del trabajo con síntomas desde la
Terapia Gestalt. Menciona Adriana Schnake:
“Hay dos maneras de conectarnos con los mensajes de nuestro cuerpo. Uno
inadvertida y poéticamente con la cual no buscamos y no esperamos nada
simplemente nos hundimos en la sensación de la parte de nosotros mismos o de
las naturales y dejamos surgir la emoción con un ritmo, un sonido, un color y
hasta un aroma. Y la segunda es a través de los diálogos gestálticos y
polaridades, donde el otro que necesita ser ayudado”. Schnake: recuperado
de http://www.gestaltmedicina.com/pdf/sued/LA_ENFERMEDAD_CARACTER_DIALOGOS_GESTALTICOS_VII.pdf).
Para
cerrar este tema, quiero compartir unas palabras de Dethlefsen y Dahlke
“Un síntoma es una señal que atrae
atención, interés y energía y, por lo tanto, impide la vida normal. Un síntoma
nos reclama atención, lo queramos o no. Esta interrupción que nos parece llegar
de fuera nos produce una molestia y desde ese momento no tenemos más que un
objetivo: eliminar la molestia. El ser humano no quiere ser molestado, y ello
hace que empiece la lucha contra el síntoma. La lucha exige atención y
dedicación: el síntoma siempre consigue que estemos pendientes de él”. (Dethlefsen y Dahlke, 1983 p 6-7)
Y otras
de la Dra. Adriana Schnake (2001):
“Si mantuviéramos un diálogo con cada
uno de los órganos, sistemas, tejidos y secreciones, hallaríamos toda la
sabiduría que la humanidad puede anhelar” “se requiere total respeto de cómo es
el otro, quitarle a los síntomas y a la enfermedad el carácter de enemigos”
Referencias
Dethlefsen,
T y Dahlke, R (1983). La enfermedad como camino. México: Debolsillo
Schnake,
A. (2001). La voz del síntoma. Chile: Cuatro vientos
Spagnuolo,
M (2017). El cuerpo como un “vehículo”de nuestro ser en el mundo. Revista Figura Fondo. Número 41, p 20
Simposio
“Cuerpo y Psicoterapia” Título ponencia: LA ENFERMEDAD Y EL CARÁCTER: DIÁLOGOS
GESTÁLTICOS CON EL CUERPO Autores: Nelson Caracó (Uruguay), Adriana Hosner
(Uruguay) y Juan Antonio Varela Raby (Chile),
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