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Datos personales
- Psic. Laura Fernández Torrisi
- Naucalpan, Estado de México, Mexico
- ♆ Dirigido a público en general, con temas seleccionados para el bienestar de la salud emocional, el desarrollo humano y la familia. También a la comunidad de mujeres con ENDOMETRIOSIS.Quisiera aportar, por este medio y contando con mi preparación académica, así como con mi experiencia de vida, y laboral, algo que pudiera ayudar a mejorar la calidad de vida de quien lo lea. Servir de orientación para quien desée realizar cambios positivos, o para buscar el apoyo adecuado en el momento que se requiera. PARA TODA PERSONA INTERESADA EN SU CRECIMIENTO PERSONAL.
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domingo, 9 de septiembre de 2012
NUESTRAS MÁSCARAS - Por: Laura Fernández Torrisi
Fría, como la noche mas fria
gritando en silencio,
pidiendo amor sin pedirlo,
mascara de hielo que protege del desamor
amando en silencio
gritos silenciosos
clamando por calor humano
por cariño noble
por amor puro
sin derretir la helada mascara.
Mario Reque
Hoy estuve pensando en el uso de nuestras máscaras. ¿Para qué nos
sirven? ¿Para qué las usamos? ¿Sabemos
cómo usarlas?...
Son muchas las preguntas ¿Tú conoces
tus máscaras?
Todos las tenemos y todos las
utilizamos. Puede ser bueno, o no tan bueno, de acuerdo al cómo y para qué de
éstas.
Las máscaras tienen que ver con lo que
queremos proyectar a otros, con lo queremos que otros vean de nosotros y
ocultar lo no deseamos mostrar. Nos sirven para protegernos,
pero debemos tener cuidado en su uso, cuándo, cómo, con quién y para qué las
usamos. Hay que tener en cuenta que se pueden quitar y poner, que están siempre
a la alcance de la mano. Pero es necesario saber en qué momento quitarla.
En las relaciones humanas existen
diferentes niveles de relación:
·
El primero es el superficial,
ahí se ve nuestra imagen social, las cuestiones externas, si me va bien, si
tengo éxito, hay necesidades como la de ser aceptado y puede haber dependencia
entre las personas.
·
El segundo nivel o
nivel medio, muestra nuestro éxito externo, lo que queremos o no
queremos, nuestras virtudes y defectos se asoman, comienzan las relaciones
utilitarias, basadas en lo que puede servirme del otro o lo que el otro puede
tomar de mí.
·
En el tercer nivel o regular, se da el desarrollo interno, lo que yo creo y pienso, mis
criterios personales, valores; se fundan
relaciones intelectuales, un intercambio de pensamientos y creencias.
·
Y por último el nivel más profundo, el de mi esencia, el del amar y los sentimientos
más hondos (lo mejor, el amor o lo peor de mí ser). Todo esto que siento en
este nivel, inunda al ser amado, y en este nivel, si me muevo desde el amor, se
dan las relaciones desde el autoapoyo y la interdependencia.
Como podemos ver, cada nivel es más
profundo, por lo que el riesgo aumenta a medida que abrimos cada puerta hasta
llegar al centro. El riesgo de ser heridos, lastimados, engañados o dañados,
está presente al abrir esta puerta. Por eso, no la abrimos a cualquiera. Es en
esta donde nos mostramos más vulnerables, donde están nuestras debilidades, y
donde el otro puede destruirnos.
Volviendo a las máscaras, nos protegen
de estos peligros, y nos cuidan de nuestros miedos:
·
A
la separación: Si nos aproximamos íntimamente a
alguien, corremos el riesgo de perderlo. Aquí la máscara nos protege para no
acercarnos demasiado. Pone un límite, a veces rígido, entre los dos para
mantener una distancia. Miedo a perder lo que se quiere.
·
A
la Fusión: Cuando nos acercamos a alguien desde
nuestra esencia, existe también la posibilidad de fundirnos con la otra
persona, de perdernos en el otro. No hay un límite claro que permita ir y venir
desde mi esencia hacia la del otro, y viceversa. Miedo a no poder separarnos.
·
Al rechazo: todos los seres
humanos sentimos miedo al rechazo. Aquí utilizamos la máscara para agradar, ser
aceptados, suficientes, merecedores. Cumplo expectativas de otros. No me
muestro como realmente soy. Miedo al abandono.
·
A la Intimidad: el diccionario dice que la intimidad es la “zona espiritual íntima y reservada de una persona” [i], si muestro lo que hay en mi intimidad corro el riesgo de develar
secretos, evidenciar lo vulnerable y poner afuera todo lo que es de ese lugar
sagrado. Aquí la máscara cubre, protege esta parte, que sólo con alguna persona
podré compartir con la certeza de no ser lastimado. Por lo general esta persona
es a la que se ama, la pareja o un
íntimo amigo. A veces un terapeuta. Miedo a ser heridos.
Y todo esto lleva a
un gran miedo:
·
Al
compromiso. Todo esto es lo que nos impide comprometernos
en una relación de verdadera intimidad como amantes o como amigos.
Comprometernos no es hacernos cargo de otro, el compromiso es compartir, ir y venir del uno al otro, está basado en las relaciones
del alma, sagradas. Donde SI
podemos quitarnos la máscara.
Escrito por: Laura Fernández Torrisi
Etiquetas:PSICOTERAPIA
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