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- Psic. Laura Fernández Torrisi
- Naucalpan, Estado de México, Mexico
- ♆ Dirigido a público en general, con temas seleccionados para el bienestar de la salud emocional, el desarrollo humano y la familia. También a la comunidad de mujeres con ENDOMETRIOSIS.Quisiera aportar, por este medio y contando con mi preparación académica, así como con mi experiencia de vida, y laboral, algo que pudiera ayudar a mejorar la calidad de vida de quien lo lea. Servir de orientación para quien desée realizar cambios positivos, o para buscar el apoyo adecuado en el momento que se requiera. PARA TODA PERSONA INTERESADA EN SU CRECIMIENTO PERSONAL.
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viernes, 7 de febrero de 2014
CUANDO EL DIAGNÓSTICO ES: CÁNCER - Por: Laura Fernández Torrisi
Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor,
siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento. (V.Frankl)
Cuando se va al médico después de otro u otras consultas, con el
resultado de los estudios sugeridos, y la respuesta del médico es: el tumor es
maligno o tienes cáncer, es casi como si la sentencia fuera de muerte.
Según la OMS, “la salud es un estado de completo bienestar físico,
mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.” Por
lo tanto, una enfermedad sería una "alteración o desviación del estado
fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas,
manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o
menos previsible”.
Respecto al Cáncer creo que una de las primeras cosas importantes es desmitificarlo,
no significa muerte, hay muchas enfermedades mucho más graves y más
difíciles de sobrellevar, y por otro lado, si bien no todos los casos de cáncer son
curables, hay muchos que sí lo son.
También solemos escuchar: “ya no hay nada
que hacer” esto es mentira, siempre hay algo que hacer aun en las etapas más
difíciles. Aún cuando la curación no es posible siempre hay algo que hacer en
relación a los cuidados paliativos del paciente, al trato que recibe, el amor
que lo rodee, la actitud y la fe que se mantenga.
Informarse: es básico tener información de la
enfermedad, saber de qué se trata, sólo así se podrá entender todo lo que vaya
pasando y se podrán tomar las decisiones adecuadas y
elegir al especialista correcto: el médico
oncólogo y el apoyo en otras áreas complementarias. Es indispensable confiar en
el médico y hacer todas las preguntas necesarias, para salir del estado de incertidumbre que genera un alto grado
de angustia.
·
Conocer el diagnóstico
y cuáles son las etapas de la
enfermedad y en cuál de ellas estamos en este momento. Para así poder recibir la
orientación y hacer junto con el
médico la planeación del tratamiento.
Establecer cuál será la ruta crítica
de la enfermedad (si es que la hay) y estar listos para afrontarla.
·
Hablar de las posibles complicaciones, de los
medicamentos, las reacciones secundarias, costos, posibilidades, etc. Como ya
se mencionó, todo esto quita la incertidumbre y reduce el nivel de angustia y
estrés.
Todo esto ayuda a que el paciente se sienta más confiado, más seguro,
que sepa hacia dónde va, que puede y que
no puede pasar. Ayuda también a que la familia pueda participar y planear junto
con el paciente y el médico.
Que cuente con una firme red de apoyo de sus familiares y amigos más
allegados, ¿qué quiere decir red de apoyo? Quiere decir que las personas
cercanas se preocupen por saber qué desea, qué necesita la persona que padece
la enfermedad. No imaginar ni suponer, no pretender pensar, sentir o decidir
por él o ella.
No decir lo debería o tiene que hacer, no decirle todo lo terrible que
le pasó a otra persona con esta enfermedad. No compararlo con nadie. Cada
persona es única, cada enfermedad actúa diferente en cada persona; por lo tanto
cada tratamiento y cada forma en la que reacciona el cuerpo es diferente.
No mentirle, no crearle falsas expectativas tampoco. Comprenderlo y
ser empático.
Permitir que la persona exprese sus sentimientos y necesidades. Que
hable de sus miedos y su culpa.
Generalmente la persona con Cáncer tiene miedo a muchas cosas que
desconoce (por eso debe hablar con su médico y preguntar) tiene miedo a qué va
a pasar con él y a veces con su familia, y por supuesto, tiene miedo al dolor y
a morir.
Dijo Victor Frankl:
“La muerte como final de tiempo que se vive sólo puede causar pavor a quien no sabe llenar el tiempo que le es dado a vivir.”
También muchas veces se sienten culpables por haber desarrollado esta
enfermedad, por el estilo de vida, por lo que comen, por fumar, por ser “enojones”;
y también si la enfermedad llega a una etapa terminal, donde el final es
inminente, sienten culpa por no haberse curado, por no haber puesto “todo de su
parte”, “por no haberle echado ganas” o por no haber modificado su forma de
sentir (su enojo, sus rencores, su tristeza, etc). Hay que ayudar a quitar
estas culpas que en nada ayudan a la mejoría de la persona.
Cuando se tiene el diagnóstico y se comienza el tratamiento, sirve que
la persona vea esto como el inicio de un viaje, un viaje por lo general se
planea: a dónde se quiere ir, cuál es la ruta, cómo va a llegar, qué va a
llevar, adónde va a llegar y que hará una vez allí. Es como tomar el mapa,
reconocer la ruta e ir planeando todo lo demás.
También en un viaje surgen imprevistos, cosas inesperadas que debemos
resolver y es ahí donde se debe revisar la mochila y ver qué herramientas se encuentran dentro, con qué recursos se cuenta.
Es vital involucrarse en el viaje.
Según el diccionario, involucrar
significa: "Abarcar, incluir, comprender". No se puede mirar desde afuera como si el
viaje fuera de otro, es SU viaje. La persona debe comprometerse y ser
responsable. Ser parte del tratamiento.
Mencionamos que una forma de reducir estrés y ansiedad es facilitar la
expresión de sentimientos, para esto se puede contar con un psicoterapeuta, un
tanatólogo, también la práctica de disciplinas como Yoga o Meditación.
Actividades artísticas como pintar, escribir, cocinar, etc.
El sentido del humor, la risa, una de las mejores armas para
sobreponerse a las situaciones adversas.
También contar con un experto en alimentación (relacionado con esta
enfermedad) una buena dieta, adecuada a sus necesidades, la reducción de
hábitos dañinos (como fumar); hacer ejercicio, en fin, buscar todo lo que
contribuya al mejoramiento del ánimo y la buena actitud ante lo que está
viviendo.
La relación del paciente con todo lo que lo rodea, será una parte
sustancial en el tratamiento.
El padecer una enfermedad no es grato para nadie, ni para el enfermo,
ni para la familia, no es algo que se disfrute, pero sí podemos elegir la
manera de sobrellevarla, de afrontarla con valentía, con entereza y dignidad.
Con la información necesaria.
A veces la vemos como un gran monstruo que a lo mejor no es tal; o tendemos a victimizarnos de más. El sentirse víctima no
permite ver las cosas objetivamente ni ser certero en lo que se decide. No
todos los casos de cáncer son curables, eso es cierto, pero hay miles de historias
donde la curación, la recuperación de la buena salud son protagonistas de la historia.
Escrito por: Laura Fernández Torrisi
Etiquetas:SALUD Y EMOCIONES
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3 comentarios:
Muy bueno !! Gracias Torrisi !!!
Un abrazo Letizzzzia!!
Muchas gracias Lau por compartir este material
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