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Naucalpan, Estado de México, Mexico
♆ Dirigido a público en general, con temas seleccionados para el bienestar de la salud emocional, el desarrollo humano y la familia. También a la comunidad de mujeres con ENDOMETRIOSIS.Quisiera aportar, por este medio y contando con mi preparación académica, así como con mi experiencia de vida, y laboral, algo que pudiera ayudar a mejorar la calidad de vida de quien lo lea. Servir de orientación para quien desée realizar cambios positivos, o para buscar el apoyo adecuado en el momento que se requiera. PARA TODA PERSONA INTERESADA EN SU CRECIMIENTO PERSONAL.

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martes, 1 de abril de 2014

NECESIDADES Y NEUROSIS - Por: Laura Fernández Torrisi

Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. 
No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. 
Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. 
Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
Antoine De Saint Exupery

Cuando una persona llega a terapia, llega con un motivo determinado, distinto en cada persona, muy particular; pero dentro de la variada gama de situaciones que pueden llevarnos a buscar apoyo profesional está la confusión.
Confundir querer con desear y necesitar. Generalmente la persona no sabe qué necesita.
"Querer" viene del latín Quarere y significa: "Tratar de obtener". "Querer" es el deseo, el apetito. "Querer” es querer para mí. Aspirar a aquello imposible de sustraerse (imprescindible).

La necesidad es un componente básico de todo ser humano que afecta su comportamiento, porque siente la falta de algo para poder vivir o para estar mejor.
También se puede decir que es una necesidad de un estado de carencia percibida que puede ser física o mental, que genera una indiferencia entre el estado real y el estado deseado.
El organismo tiende a mantener su equilibrio y su salud, pero cuando las condiciones varían, surgen necesidades que el organismo trata de satisfacer para restablecer su equilibrio. La necesidad es entonces una carencia, una falta de algo que resulta indispensable para la subsistencia, que debe satisfacerse pronto, o a veces puede posponerse si no fuera posible satisfacerla en ese momento.

Este proceso se da tanto a nivel psicológico como fisiológico, estos niveles no pueden disociarse. Explica Muñoz Polit, cuando surgen varias necesidades simultáneamente, el organismo opera dentro de una jerarquía de valores, razón por la que atiende primero aquella necesidad dominante. Esta se convierte en figura, concentrando toda la atención, y las demás necesidades pasan a un segundo plano, es decir, retroceden por lo menos temporalmente, al fondo. Para que el individuo satisfaga sus necesidades tiene que ser capaz de sentirla, saber de su presencia y de cómo manejarse a sí mismo y a su entorno, es decir, debe interactuar necesariamente con el ambiente. El concepto de Gestalt está relacionado con el de necesidad, ya que una Gestalt abierta o inconclusa es una necesidad insatisfecha. Cuando dicha necesidad se satisface, la Gestalt se cierra, y permite la apertura de otra, al surgir una nueva necesidad.


Karen Horney explicó que las neurosis son como un intento de hacer la vida más fácil y poder ser más funcional. Es como una forma de “control interpersonal y adaptación”. 
En la persona sana esta adaptación proporciona satisfacción y logro, pero para una persona neurótica causa una gran dificultad.
Horney distingue diez formas particulares de necesidades neuróticas. Se basa en las cosas que todos necesitamos, pero que se distorsionan en algunas personas por su dificultad para vivir y de afrontar las situaciones. 
Una necesidad se torna neurótica de acuerdo al grado de dependencia y a la ansiedad que origina el no poder satisfacerla, la poca capacidad de frustración. El percibir que no se va a poder satisfacer a futuro es lo que la lleva a tener una naturaleza irracional, irreal y desproporcionada. 
Por ejemplo, todos los seres humanos, sin excepción, necesitamos amor, afecto, es una necesidad básica de cualquier persona. Se necesita de los padres, la pareja, la familia, los amigos, pero no se puede esperar que nos den afecto todo el tiempo, y en todas las circunstancias, ni todas las personas, aun quien ni siquiera se conoce. Debemos ser conscientes de que muchas personas no lo sentirán por nosotros. El neurótico necesita afecto constantemente y de todo el mundo, no logra ser autosuficiente y hace de esta la necesidad de afecto, la necesidad central de su vida. Si no lo consigue se vuelve ansioso y entra en pánico. 

Necesidad neurótica de

1- Afecto y aprobación: Es la necesidad indiscriminada de complacer a los demás y ser querido por ellos.

2- Pareja: de alguien que lleve las riendas de nuestra vida. Esta necesidad lleva implícita la idea de que el amor resolverá todos nuestros problemas. A todos nos gusta tener un compañero con quien compartir la vida, pero el neurótico va más allá, necesita restringir la vida del otro a límites muy estrechos, a no demandar y a satisfacerse con muy poco.

3- Límites vigorosamente definidos: el neurótico restringe la vida a límites muy estrechos, a no ser demandantes, a satisfacerse con muy poco. Esta postura tiene su contrapartida normal. ¿Quién no ha sentido la necesidad de simplificar la vida cuando se vuelve muy estresante; a desaparecer de la rutina; o de volver al útero materno? Esta necesidad va a implicar ser ultrarreaccionario, conservador, mantener el status quo; retirarse al fondo.


Sin el otro, el neurótico se derrumba
4- Poder: de control sobre los demás, de omnipotencia. El neurótico se desespera por lograr el poder, conlleva una gran creencia en su propio poder al que acompaña un fuerte rechazo hacia sensibilidad, vulnerabilidad y debilidad del otro al no admitir la suya propia. 

5- Explotar a los demás y sacar lo mejor de esto: en el neurótico, se convierte en una manipulación y la creencia de que los demás están ahí para ser utilizados. También incluye el miedo a ser manipulado por los demás, de parecer tonto.

6- Reconocimiento o prestigio social: el neurótico teme ser ignorado, y está sumamente preocupado por su propia apariencia y en el efecto que causa en los demás. Buscan ser siempre los más populares. 

7- Admiración personal: necesitamos que nuestras cualidades sean valoradas, necesitamos sentirnos importantes, pero algunas personas están más desesperadas y necesitan recordarnos continuamente su importancia, llamar la atención de lo que hacen y de lo que son, su gran miedo es no ser nadie, falto de importancia y sin sentido en sus acciones. 

8- Logro personal: no tiene nada de malo aspirar a logros, pero algunas personas están obsesionadas con esto. Deben ser los número uno en todo, esto suele ser difícil, porque siempre habrá alguien que en algo nos supere, o sencillamente sea mejor que nosotros en función de sus cualidades. Estas personas devalúan todo lo que tienen alrededor, excepto aquello en lo que pueden llegar a ser los primeros. 

9- Autosuficiencia e independencia: todos debemos cultivar cierta autonomía, pero algunas personas sienten que no deberían necesitar de nadie nunca. Tienden a rechazar la ayuda y muchas veces les resulta muy difícil comprometerse en una relación afectiva. 

10- Perfección: no resisten que se les mencione un error y necesitan controlar todo el tiempo, a veces tenemos impulsos que pueden ser considerados neuróticos, deseos de perfección, algunas personas necesitan ser perfectas y tienen mucho miedo a fallar, al fracaso, en consecuencia, necesitan estar controlando todo y todo el tiempo. 

A medida que Horney fue revisando sus conceptos, empezó a darse cuenta que sus tipos de necesidades neuróticas podían agruparse en tres amplias estrategias de adaptación:

1- COMPLIANZA   -> “Moverse hacia” 
2-ALEJAMIENTO   -> “Alejarse de” Auto retirada 
3- AGRESIÓN -> “Moverse en contra de” 

El origen de la neurosis para Karen Horney

La respuesta que Karen dio al origen de la neurosis, es la llamada indiferencia paterna o como ella lo llamaba: “la maldad básica” o una falta de calidez y afecto durante la infancia. 
Un trauma de niñez puede ser superado, siempre que el niño se sienta aceptado y querido. La clave para entender la indiferencia parental es que constituye una forma de percepción del niño y no de las intenciones de los padres.

Decía que “El camino al infierno está lleno de buenas intenciones”. Un padre con buenas intenciones puede transmitir a sus hijos una comunicación distorsionada, contradicción entre mensaje verbal y mensaje en acción, menosprecio, indiferencia ,preferencias de un hijo sobre otro, no cumplir la palabra dada y las promesas, dificultando las relaciones de sus hijos, burlarse de sus ideas, etc.. 
Muchos padres, también buenos padres, hacen esto debido a las presiones a las que se encuentran sometidos. Otros lo hacen por su propia neurosis, viviendo en primera instancia sus propias necesidades e ignorando las de los niños.

Observó también que los niños no responden con pasividad y debilidad ante la indiferencia parental, sino que lo hacen con rabia, que Karen la denomina, hostilidad básica. El hecho de frustrarse conlleva a una respuesta primera de un esfuerzo por protestar por la injusticia. Algunos niños perciben que esta hostilidad es efectiva y con el tiempo la van convirtiendo en una respuesta generalizada ante las dificultades de la vida. Desarrollan un estilo adaptativo agresivo, diciéndose a sí mismos, “si tengo el poder, nadie puede hacerme daño”. 
Sin embargo, la mayoría de los niños, saturados de ansiedad, reaccionan casi siempre con el miedo al abandono, a sentirse desprotegidos y desamparados. 
Por sobrevivencia la hostilidad básica puede ser suprimida y así los padres alcanzan la victoria. Si esta actitud parece funcionar mejor para el niño, entonces se consolidará como la estrategia adaptativa preferida (complianza o cumplimiento) y lo seguirá haciendo. Se dicen a sí mismos: “Si puedo lograr que me quieras, entonces no me harás daño”. 

Algunos niños descubren que ni la agresión ni la complianza eliminan la indiferencia parental percibida, por lo que solucionan el problema abandonando la lucha familiar y metiéndose en sí mismos, volviéndose preocupados por ellos prioritariamente. Esta es la tercera estrategia adaptativa. Se dicen: “Si me repliego, nada me dañará”. 
Si uno ha sido sano, entonces ha desarrollado un concepto preciso de quién es, del “yo” y por consiguiente podrá sentirse libre para impulsar ese potencial de auto-realización. El neurótico tiene una visión diferente de las cosas. El neurótico está “dividido” entre su “yo” ideal y su “yo” despreciado, y un “yo” “especular”, el que piensa que los demás ven. 
Cuando el neurótico ve a su alrededor, (de forma precisa o no) creyendo que los demás lo desprecian, internaliza esa sensación como si fuera verdaderamente su propia percepción de él mismo. 

Por otro lado, si además falla de alguna manera, esto lleva implícito que existen ideales ante los que se está sometiendo. 
El neurótico crea un “yo ideal” fuera de sus posibilidades. Nunca podrá alcanzar esos ideales ya que no son propios. Hay que entender que el “yo ideal” no es una meta positiva, todo lo contrario, es irreal e imposible de alcanzar, por lo que el neurótico se oscila entre odiarse a sí mismo y pretender ser perfecto. 
Así es como vamos por la vida sin saber qué necesitamos, o confundiendo necesidades o exagerándolas hasta volverlas neuróticas.

Rollo May mencionó que en la vida real, las personas vamos renunciando a gran parte de nuestra libertad, generalmente en la infancia, cuando es difícil oponerse y se cede a una gran parte del derecho y de la razón de existir como ser humano, aunque a simple vista pueda parecer que se acepta la situación y que se "adapta" a la renuncia. Pero, otra cosa viene a llenar este vacío, principalmente el odio y el resentimiento hacia aquellos que forzaron a renunciar a la libertad. Con el tiempo, ese resentimiento reprimido emerge. En los niños surge como agresividad, enfermedades fisicas, fracasos escolares, falta de control de esfínteres en los primeros años, y muchos otros. A través del síntoma neurótico, o concientemente, se mantiene vivo el resentimiento; el niño (y el adulto) encuentra así  la mejor forma de evitar el suicidio psicológico. El resentimiento y el síntoma tienen la función de preservar la dignidad, la integridad, la identidad. Es como si de esta manera pudiera enviar este mensaje: "lograron someterme pero me reservo el derecho de estar resentido con ustedes y fastidiarlos". Por eso el neurótico no sale fácilmente de su síntoma, y no quiere salir porque tiene una ganancia. Aunque este síntoma lo hace sufrir es el único medio de preservarse emocionalmente.
Estos síntomas pueden volverse crónicos, repetirse automáticamente y pueden mantener a la persona fijada en conductas que fueron funcionales en su infancia, pero que no lo son el día de hoy. Por ejemplo, un niño que aprendió a mantenerse callado porque "en boca cerrada no entran moscas", aprendió esa actitud, la mantuvo y le fue útil en su infancia. Pero en la adolescencia probablemente sea muy tímido para hablarle a una chica o a sus amigos; y de adulto tal vez sea un problema ante su esposa, su jefe o para hablar en público. Menciona Victor Frankl que alguien que "se cierra las puertas a sí mismo, se cierra el camino hacia sus genuinas posibilidades, se interpone ante sí mismo en el camino a su "poder ser". Con esto deforma su vida y se sustrae a la "realidad del devenir" en vez de ejecutarla".


Estas NO son necesidades
Es muy importante reconocer qué necesito, y necesitar como un adulto, con madurez y no como un niño. Tener claras las necesidades, no confundirlas. Jerarquizarlas, saber cuál es la más importante para poder satisfacerla o posponerla y darle paso a la siguiente.
Las necesidades satisfechas dan una sensación de paz, pasan al fondo y dan lugar a que aparezca una nueva para ser satisfecha.

Un neurótico está ciego para ver y paralizado para realizar su propio destino. No cuenta con la energía que le da la libertad para lograrlo. Su libertad está coartada. Cuando una persona se da cuenta profundamente, quiero decir con su cabeza, corazón y cuerpo de lo que le ocurre, de lo que hace, cómo y para qué lo hace, empieza a estar en condiciones de hacer un trabajo para cambiar el síntoma por una actitud funcional. Está en el momento justo de poder tomar una de las mejores decisiones, mencionarse dos palabras: "Necesito ayuda".
Luego buscarla, pedirla... ya está dado el primer paso, los siguientes pequeños pasos se darán y en un tiempo, cuando mire hacia atrás, habrá dado muchos pequeños pasos que se convertirán en un nuevo camino hacia su autoconocimiento y su libertad.

Recordando a uno de mis maestros, Alejandro, un excelente logoterapeuta, rescato esto que él dice: mis deseos y necesidades no tienen que ver con la moral, la ética y la estética, pero mis actitudes si. Para elegir una actitud que acomode a la necesidad de la mejor manera posible, necesito un espíritu abierto y compasivo para ver todo lo que haya que ver de mí: bonito, feo, sórdido, angelical, demoníaco, etc. Finalmente, todo eso SOY YO, me guste o no.

Bibliografía
Fadiman, J. Frager, R. (2001) Teorías de la Personalidad. Ed. Universidad Iberoamericana. 2da ed. México
Ciberografía
http://biblio3.url.edu.gt/Publi/Libros/2013/TeoPersonalidad/10.pdf

Por: Laura Fernández Torrisi


4 comentarios:

sandra rosas dijo...

muy interesante,hecho x una profesional...

Unknown dijo...

Gracias Sandra por leerlo.

daniel dijo...

Me gustó mucho tu síntesis, gracias Laura

Psic. Laura Fernández Torrisi dijo...

Muchas gracias Daniel!