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Naucalpan, Estado de México, Mexico
♆ Dirigido a público en general, con temas seleccionados para el bienestar de la salud emocional, el desarrollo humano y la familia. También a la comunidad de mujeres con ENDOMETRIOSIS.Quisiera aportar, por este medio y contando con mi preparación académica, así como con mi experiencia de vida, y laboral, algo que pudiera ayudar a mejorar la calidad de vida de quien lo lea. Servir de orientación para quien desée realizar cambios positivos, o para buscar el apoyo adecuado en el momento que se requiera. PARA TODA PERSONA INTERESADA EN SU CRECIMIENTO PERSONAL.

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jueves, 11 de julio de 2013

¿EL ENEMIGO ESTÁ AFUERA?... Por: Laura Fernández Torrisi



Hay personas tan ilusas que se casan para ser felices,
 y hay otras aún más ilusas
 que se separan para ser felices…

Probablemente una de las cosas más difíciles es aceptar la revelación o el conocimiento en cuanto a descubrir quienes somos nosotros y quien es quien en nuestras relaciones personales. Tal vez por un tiempo estuvimos o todavía estamos en alguna relación destructiva, si es así, puede ser que ahora se nos de la posibilidad de ver con claridad y sin dudas el problema para centrarnos en la solución, ya sea hablando, acordando o en casos más difíciles y si así lo amerita, separándonos. 
Pero antes de tomar una decisión drástica es necesario entender que todo empieza por nosotros mismos. Cuando no tenemos mucha conciencia de nuestras acciones y relaciones nos es difícil identificar cuáles nos hacen o nos hicieron daño. Puede ser que hayamos sido muy condescendientes con quienes nos causaron esos daños o abusaban de nosotros. Si ya somos capaces de darnos cuenta de estas situaciones, sabemos que ya no lo podemos permitir. 

Al tomar conciencia todo nuestro cuerpo se pone en alerta. Podemos tener sensaciones diversas ante este proceso, tal vez nos duela alguna parte del cuerpo, podamos sentir mareos o sentir que nuestra energía disminuye o está muy baja. 
Las circunstancias pueden lastimarnos o sentimos que todo se pone de cabeza, como si el mundo estuviera en contra y nuestra vida se vuelve un caos. Sentimos también que todos nuestros proyectos se paralizan y en general una gran dificultad para avanzar. Es como si todos nuestros esfuerzos fueran totalmente en vano. Todo esto es una manifestación para avisarnos, de una forma un tanto escandalosa que estamos tomando un camino que no es conveniente seguir, que no es el deseado o el bueno para nosotros. De seguirlo, el daño que ahora ya es importante, se volverá mayor todavía. 
Y aunque estemos experimentando la peor inmovilidad, aún sin parecerlo estamos ante uno de los momentos con más movimiento. Dentro de la inmovilidad, se están creando cambios fuertes, intensos. Es un vacío fértil, no estamos estancados.

Es parte del proceso de comenzar a transitar por el camino que nos pertenece, el nuestro, el deseado. Tal vez este camino no se reconoce a simple vista, pero es necesario andarlo, marcar nuestro propio ritmo y seguirnos a nosotros mismos, a nuestro corazón y a nuestros más altos ideales. 
Ahora es momento de transitar nuestro camino sintiéndonos libres. Respirar, tomar de la vida lo que tiene para ofrecernos. Darnos el tiempo para discernir que queremos llevar con nosotros y qué queremos dejar. Ir por él sueltos, rompiendo cadenas, liberando las cargas, el abuso, el dolor. 

Podríamos decir que se nos cae la venda de los ojos. Por eso empezamos a experimentar un caos y el propósito esencial será restaurar la relación con nosotros mismos. Al mismo tiempo, al igual que un espejo, estaremos restaurando nuestra relación con  el entorno. 
Como es adentro es afuera. Lo importante es llegar a lo más profundo de nosotros. 

Menciona Jorge Bucay tres preguntas que él llama “existenciales” 

· ¿Quién soy? 
· ¿Hacia dónde voy? 
· ¿Con quién quiero ir? 

Tal vez sea este un buen momento para contestarlas, siempre deben ir en ese orden.

Aunque la sensación de que nuestros proyectos no funcionen o se paralicen no es nada agradable, si no tenemos claro quiénes somos, no podemos desarrollar ninguna labor ni ningún rol. No podremos visualizar el camino si conscientemente no nos expresamos como somos en realidad, desde nuestra esencia. Lo que hacemos, pensamos y decimos tiene que ser congruente y estar en sintonía con nuestro interior, con nuestra esencia para que podamos fluir.. Cualquier cosa que no sea coherente con esto y con nuestra función, no se dará, no podremos tampoco hacer elecciones sabias sobre proyectos, trabajo, pareja, familia, etc. Si nos estamos equivocando el cuerpo lo sabe y nos avisa, la vida nos empuja hacia otro lado. Nuestra experiencia nos va trazando el rumbo. Cuando no sentimos, no escuchamos, no vemos estas señales, cuando sabemos que las cosas no funcionan, simplemente seguimos de largo en lugar de hacer un alto para observar, sentir, escuchar y reflexionar sobre el camino recorrido y el que aún falta recorrer. Generalmente tendemos a culpar a otros por lo que nos pasa o por lo que no sale como quisiéramos.

Tal vez estés en este momento en el lugar correcto, haciendo lo que te gusta, lo bueno para ti y aún así puedes experimentar un estado de vacío o la parálisis de tus proyectos, tal vez solo falte afinar pequeños detalles. Todo está en restablecer esa mirada hacia tí mismo, para conectarte nuevamente con tu esencia y así poder construir tus relaciones con las demás personas.

Al finalizar este proceso de mirar y mirarnos, de convertirnos en observador y observado, nos podemos dar cuenta que el espejo cambia; reflejará escenas, e imágenes diferentes, será más fácil ver en otras personas belleza, dones, rasgos positivos, que están en nosotros mismos. Podremos hacer de las diferencias un buen complemento en lugar de juzgar o criticar o ver en lo demás todo lo que no nos gusta (de nosotros). De esta manera, estamos creando mejores relaciones interpersonales, mejor relación con el entorno en general y a la vez dar lo mejor de nosotros mismos. Integrando diferencias y afinidades, en un perfecto engarce que nos permite aprender, crecer y desarrollarnos. 

Sobre todo en la relación de pareja, siempre hay que tener en cuenta que en ella nos reflejamos nosotros mismos. Todos los defectos que vemos en nuestra pareja, los que nos molestan tanto, solo son reflejos de nuestros propios defectos, difíciles de detectar en nosotros mismos y muy fácil de verlos afuera.

Todo lo que nos molesta y todo lo que criticamos, de una u otra manera lo manifestamos también en nuestra vida, lo hacemos conciente o inconcientemente, la mayoría de las veces, lo negamos. Tal vez de otra forma, o en otras áreas, o con otras personas, pero reproducimos lo mismo de lo que nos quejamos. 
Si no lo reconocemos, habrá un rompimiento porque todo lo que un día nos unió a esa persona, es exactamente lo mismo que hoy nos separa… 
Por esta razón, antes de pensar en cambiar a nuestra pareja, debemos pensar en cambiar nosotros mismos. 

Esta es la llave (y no es mágica) que abre y activa automáticamente la transformación de nuestra pareja. De esta forma, si cambiamos nuestra mirada hacia el interior, si observamos el espejo dejando atrás juicios, críticas, desacuerdos; estamos motivandos el cambio desde el amor, el compromiso, el respeto, la responsabilidad, la tolerancia. Continuamente estamos proyectando nuestras debilidades en el otro. Tendemos a ver siempre las fallas y las culpas en el otro. Lo convertimos en "el peor enemigo".
A modo de conclusión tal vez esta sea una mala noticia:
el enemigo no suele estar afuera…

Escrito por: Laura Fernández Torrisi

2 comentarios:

Proyectotal dijo...

Me encantó :)

Psic. Laura Fernández Torrisi dijo...

GRACIAS!!