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Naucalpan, Estado de México, Mexico
♆ Dirigido a público en general, con temas seleccionados para el bienestar de la salud emocional, el desarrollo humano y la familia. También a la comunidad de mujeres con ENDOMETRIOSIS.Quisiera aportar, por este medio y contando con mi preparación académica, así como con mi experiencia de vida, y laboral, algo que pudiera ayudar a mejorar la calidad de vida de quien lo lea. Servir de orientación para quien desée realizar cambios positivos, o para buscar el apoyo adecuado en el momento que se requiera. PARA TODA PERSONA INTERESADA EN SU CRECIMIENTO PERSONAL.

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lunes, 13 de agosto de 2012

MATERNIDAD Y ADOPCIÓN . El valor de resignificar - Por: Laura Fernández Torrisi




En la vida vamos construyendo significados, le otorgamos valor a las cosas, a los hechos. Las palabras tienen una definición que podemos encontrar en el diccionario y un significado que les concedemos. Palabras como maternidad, fertilidad y nacimiento tienen una definición y un significado, ese significado es el que puede cambiar, se puede resignificar, para cambiar así nuestra percepción, nuestra forma de ver y de estar en la vida, cuando el diagnóstico es la imposibilidad biológica para lograr el embarazo.
Significar quiere decir darle sentido a algo, según la condición o el contexto. Por ejemplo, no es igual un anillo cualquiera que un anillo de compromiso, este último tiene otro valor; ni es igual un viaje, que el viaje de bodas, éste es especial. 
Maternidad quiere decir ser madre, en el contexto estrictamente biológico es expulsar, parir. Si cambiamos el contexto, cambia también el significado. Para una mujer que no puede concebir, maternidad también puede significar ser madre si así lo decide y lo desea.
Alguna vez leí que una niña adoptada decía a sus compañeros de clase, que la diferencia entre ellos que habían nacido del vientre de su mamá y ella; era que ella también había nacido primero del vientre y luego del corazón de su mamá adoptiva. Esto último es un nacimiento.
El dar nuevos significados es dar a luz a un mundo diferente que nos incluye a las mujeres por quienes y como somos.

RESIGNIFICAR:
El otorgar este significado de valía y dignidad a la adopción es un hecho no sólo de la mujer que lo decide, sino, de su pareja, de las familias de origen y de la sociedad en general. 
La endometriosis es una de las principales causas de infertilidad en mujeres en edad reproductiva. Recibir el diagnóstico de no poder concebir, no es nada fácil, sobre todo si tomamos en cuenta que, frecuentemente, antes del diagnóstico, ya se lleva un largo camino recorrido de tratamientos, opiniones, intentos que no resultan, dolor físico, desgaste emocional, gastos económicos elevados, enojos con la pareja, desacuerdos, desfiles por consultorios médicos, terapias alternativas y hasta chamanes. Se convierte en una carrera contra reloj, donde la meta se borra de la vista. Para la mujer y para la pareja, que anhela el nacimiento de un hijo los sentimientos son muchos en estos momentos, también difieren entre la mujer y el hombre, esto de acuerdo al significado que cada uno de ellos le da al hecho. 

Sentimientos que acompañan 
Por lo general la mujer lo vive con enojo, dolor, vergüenza, tristeza, miedo, entre otros a quedarse sin pareja, frustración, impotencia y culpa. Muchas veces lo enfrenta sola, porque la pareja no apoya o se retira; o porque en el momento del diagnóstico no tiene pareja. 
El hombre, en ocasiones se aísla, se sumerge en sus propios sentimientos, no sabe a veces ni como se siente y mucho menos como apoyarla. La familia tampoco sabe qué decir o qué hacer al respecto, no le da la importancia que tiene, o lo convierte en algo caótico y digno de lástima. Todo esto, lo hace más y más difícil. 

ACEPTAR LA PÉRDIDA
Muchas mujeres viven este problema, aún sin tener endometriosis, como también muchos hombres están imposibilitados biológicamente para ser padres. Pero la situación de las mujeres que vivimos con endometriosis, tal vez sea distinto. Como mencioné anteriormente, tanto física, como emocional, social y familiarmente, pasamos por situaciones difíciles, esto nos hace diferentes. Empezando por el dolor, el malestar, la imposibilidad para hacer nuestras actividades cotidianas. Pasando muchas veces por la incomprensión, la insensibilidad de algunos médicos (por suerte no todos) y de la gente más cercana. Cirugías, la incertidumbre de no saber qué va a cambiar en tu vida cuando despiertes, tratamientos hormonales. Toma de decisiones importantes, falta de apoyo, las pérdidas (de parejas o trabajo, de algún órgano o abortos). Y para terminar… el diagnóstico de infertilidad. 
En la mayoría de los casos, vamos tolerando todo lo anterior con fortaleza física y espiritual, excepto este último punto, el más sensible para muchas de nosotras y donde sentimos que nos derrumbamos.
Tanto la pérdida de la salud, como perder la posibilidad de ser madre biológica, representan, como cualquier pérdida o renuncia, un duelo continuo, mientras duran los intentos por lograr desesperadamente el embarazo y otro duelo cuando ya se renuncia a esta posibilidad, y esto siempre duele, sin que puedas evitarlo.
Durante el duelo se pasa por diferentes fases, tal vez al leer esto, puedas reconocer en ti alguno de estos sentimientos, que menciona la Dra. Kübler Ross: [1]

1- Negación y aislamiento – funciona como protección, se niega el hecho, “esto no puede estar pasando”, y se pasa más tiempo en cama, “no quiero que nadie me vea.”

2- Enojo – difícil de afrontar, es injusto, quejas, por qué me pasa esto a mí, destrucción, enojo contigo, con otros, con los médicos, con tu pareja, con Dios.

3- Pacto o negociación – después de la profunda tristeza y el enojo, se hace un pacto o intercambio con Dios (o el ser superior, como cada quien lo conciba) para cambiar la situación “si me concedes esto, yo….”

4- Depresión

5- Aceptación – si vives las fases anteriores y si, de preferencia, buscas ayuda, llegas a esta aceptación.

SEGUIR ADELANTE
Si estás pasando por esta situación, como primer punto, necesitas saber que no estás sola, que no es tu culpa, necesitas compartirlo con tu pareja (si la tienes) hablar de lo que los dos sienten. Las pérdidas afectan la vida emocional y sexual de las parejas, por eso es importante la comunicación, la cercanía afectiva, aprender a dar y a recibir afecto posibilita encontrar nuevas posibilidades y alternativas, para sublimar el dolor, esto significa hacer algo bueno con él, utilizar esa energía para algo positivo, en este caso en particular, sería convertir el dolor en amor.
Aceptar la pérdida, perdonar, perdonarte, no exigirte, para poder sanar tus emociones y estar lista para recibir las posibilidades nuevas que la vida te ofrece, es un buen comienzo y una buena decisión es buscar ayuda terapéutica. Si la adopción es una opción de sublimación para ti, necesitas saber que es una decisión importante que tiene consecuencias y conlleva cambios significativos en toda tu vida.
Recupera el poder y la sabiduría de tu cuerpo, visualiza cómo sería tu vida si no estuvieras pasando por esta situación, cómo sería tu vida si aprendieras a amar y valorar tu cuerpo. Durante un proceso terapéutico puedes encontrar que tienes en ti una valía innata, que puedes elegir tener o no un bebé, eso no la modifica, y que existen otras oportunidades que se abren para ti, solo tienes que verlas.
Seguramente en algunos momentos de este continuo has estado especialmente vulnerable o te has sentido con un profundo sentimiento de soledad, por eso es tan importante el acompañamiento de un terapeuta empático y capacitado. Y que si tienes pareja, independientemente del trabajo terapéutico, también puedas compartirlo con tu compañero, al amar y sentirte amada, tu cuerpo se abre, se llena de vitalidad que beneficia tu salud.

UNA NUEVA MIRADA
En tu lucha por embarazarte, recuerda que tu cuerpo es el que tiene problemas para transformarse en madre, no tu alma. Solo tú puedes decidir cuanto tiempo buscarás el embarazo y sólo tú puedes tomar las decisiones adecuadas, que coincidan con tu escala de valores y que tengan en cuenta lo que es mejor para tu cuerpo, para tu familia y para el niño del que algún día serás madre (ya sea por haberlo dado a luz o por adoptarlo).[2
Dentro de la sabiduría que guarda tu cuerpo, está el mensaje de tu vientre, tengas o no tengas hijos, es el centro de tu creatividad y tu útero tiene su propio significado, su propio valor por sí solo, además de que puede ser un posible portador de un hijo. [3]
Para resignificar la palabra fertilidad es necesario incorporar esta idea: sea que elijamos o no el embarazo, todas tenemos codificado en nuestras células el conocimiento de lo que es concebir, gestar y parir, es algo que se desarrolla dentro de nuestra propia sustancia, no es necesario tener un bebé para aprender a parir. Cada mujer debe encontrar su verdad de cómo utilizar su fertilidad.
El parto, ya sea físico o metafórico, nos enseña a no acabar con el proceso de dar a luz, sea lo que sea que demos a luz, incluso aunque duela y deseemos renunciar; una idea, un sueño, un anhelo, 
Al adoptar un niño o una niña las palabras acariciar, abrazar, también adquieren otro significado, aquí empieza el vínculo del amor, acariciando, abrazando al bebé, como sólo lo acaricia y lo abraza su madre. Este niño o niña te convierte en madre a través de la adopción, momento donde esta relación madre/hijo se convierte en algo único e incomparable. Es momento entonces de empezar a descubrirte en este nuevo vínculo amoroso, repleto de nuevos significados que subliman y elevan todas las posibles definiciones.
                                                                                                  ESCRITO POR: Laura Fernbández Torrisi 

BIBLIOGRAFIA

KÜBLER ROSS, Elizabeth. Sobre la muerte y los moribundos. Barcelona, España. Editorial Grijalbo (1993)
BALLWEG, Mary Lou. Endometriosis. Libro de consulta. México. Editorial Trillas (2004)
NORTHRP, Christiane. Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer. Una guía para salud física y emocional. Barcelona, España. (1999)


[1] Kübler Ross, Elizabeth
[2] Ballweg, Mary Lou
[3] Northrup, Christiane

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